Cuando no había nada, en el silencio había una palabra escondida, un antiguo eco,
un mantra oculto que fue despertando los días en un tiempo sin soles ni noches.
Secreta palabra que inundó el vacío con una sonrisa.
El deseo de ser se hizo flecha en el aire y partió el mundo en dos como una manzana
que mágicamente empezó a florecer.
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