jueves, 31 de marzo de 2011

Burbujas en Once

Babel urbana. Once. En medio de esa abigarrada mezcla de voces y sonidos, provenientes de personas vestidas de ropas multicolores, que circulan a toda prisa, esquivando el tránsito, casi sin mirarse, alguien fabrica burbujas de jabón, que se elevan hacia el cielo. No deja de sorprenderme el contraste entre ese mundo sutil y la densidad del paisaje urbano de donde proviene…Se elevarán así también nuestros pensamientos?

sábado, 26 de marzo de 2011

Gratis en las calles y plazas

Hojas doradas y crujientes, amigas del sol, descienden planeando, jugando con el aire, a fundirse con la tierra.

jueves, 10 de marzo de 2011

El colectivo a las 6 de la tarde

El tránsito complicado, los pasajeros se apretujan, los ceños están fruncidos. Siempre hay varias conversaciones aceleradas por celular, el colectivo es una especie de prolongación de la oficina en donde se siguen organizando o cancelando citas, comidas y encuentros. A veces hay discusiones frente a las que uno se pregunta por qué extraño destino le toca oírlas, miradas cansadas. Todos vamos envueltos en una nube que arrastra los problemas del trabajo, las discusiones con el jefe, y hasta con el boletero del colectivo que nos quiso apurar para que subiéramos, para que no entorpeciéramos la fila. Tenés monedas?

El colectivo a las 7 de la mañana

Yendo al trabajo, las personas llevan retazos de sábanas adheridos al rostro. Y no se despegan. Se resisten a despertar de su ensueño, viajan en silencio, dormitan, van mirando hacia adentro, perdidos en quién sabe qué imágenes….

martes, 8 de marzo de 2011

Agua de fuente

A veces voy caminando al trabajo, el recorrido tiene zonas más o menos amables, veredas de sol y sombra, de árboles, iglesias, niños de guardapolvo y padres con mochilas.
Autos detenidos con conductores con caras de fastidio, vías más rápidas, y en el centro de una avenida, una plaza, pequeña, con una antigua fuente.
Los vapores de la fuente mezclados con la brisa de la mañana traen recuerdos mohosos a mi mente de los tanques en el campo de mis tíos, en mi infancia, y el molino. Es sólo una fuente. En el corazón de Buenos Aires. Mirarla por un rato, aunque sea unos segundos, permite evocar el recuerdo del agua, del mar, el arroyo, y la vida.

lunes, 7 de marzo de 2011

Vigilar y castigar (Foucault)

Por lo que a la historia del cuerpo se refiere, los historiadores la han comenzado desde hace largo tiempo. Han estudiado el cuerpo en el campo de una demografía o de una patología históricas; lo han considerado como asiento de necesidades y de apetitos, como lugar de procesos fisiológicos y de metabolismos, como blanco de ataques microbianos o virales; han demostrado hasta qué punto estaban implicados los procesos históricos en lo que podía pasar por el zócalo puramente biológico de la existencia, y qué lugar se debía conceder a la historia de las sociedades y de "acontecimientos" biológicos como la circulación de los bacilos, o la prolongación de la duración de la vida. Pero el cuerpo está también directamente inmerso en un campo político; las relaciones de poder operan sobre él una presa inmediata; lo cercan, lo marcan, lo doman, lo someten a suplicio, lo fuerzan a unos trabajos, lo obligan a unas ceremonias, exigen de él unos signos. Este cerco político del cuerpo va unido, de acuerdo con unas relaciones complejas y recíprocas, a la utilización económica del cuerpo; el cuerpo, en una buena parte, está imbuido de relaciones de poder y de dominación, como fuerza de producción; pero en cambio, su constitución como fuerza de trabajo sólo es posible si se halla prendido en un sistema de sujeción (en el que la necesidad es también un instrumento político cuidadosamente dispuesto, calculado y utilizado). El cuerpo sólo se convierte en fuerza útil cuando es a la vez cuerpo productivo y cuerpo sometido
Michel Foucault

jueves, 3 de marzo de 2011

Avenidas en horas pico

Evite caminar por las avenidas en las horas pico, y sobre todo, al atardecer. La gente que sale del trabajo y baja de los colectivos, huye caminando apresurada, con ojos vacíos, despavoridos, desesperada por regresar a su casa. Si Ud. tuvo suerte y quiso salir a caminar y tomar un poco de aire, por empezar, notará que no hay aire, y que la gente amenaza todo el tiempo con llevarlo por delante, esa gente que no lo ve. Lo peor es cuando Ud. y yo somos uno de ellos. Por favor, piénselo, haga algo al respecto.

martes, 1 de marzo de 2011

La punta del ovillo

A veces, uno empieza a tirar de la punta del ovillo, y empiezan a suceder acontecimientos inusuales, no eran exactamente los previstos, yo diría que ni remotamente, es más, diría que son absolutamente alejados de lo esperado, y precisamente por eso, encantadores, y absolutamente vitales.

Los pies en los caminos

Muchas veces, casi siempre, recurrimos a distintos medios de transporte para desplazarnos: autos, colectivos, micros de larga distancia, aviones, sin embargo, hoy quiero recordar a nuestros pies, a nuestra humilde marcha a pie. Recorrer a pie un trayecto es la mejor forma de conocerlo, planta sobre piso una y otra vez vamos haciendo un camino, y olvidando atrás muchas cosas, que se van desprendiendo, en nubes de sudor. Transmutamos angustias en ilusiones, la mirada se pierde en aquello que nunca advertimos, lo obvio se hace grito, en silencio, y olvidamos, olvidamos, olvidamos, y renacemos, una nueva vez.

 Hace más de diez años que estoy en pareja con un coleccionista, y tengo que reconocer que me llevó mucho tiempo comprender la esencia de es...