jueves, 26 de octubre de 2017

Paseo urbano

Caminar lento, ceder el paso, mirar los diarios al pasar en un kiosko, dejar pasar el colectivo para tomar el de atrás más vacío, sentarme del lado de la ventana, resistir la tentación de mirar el celular, disfrutar mirando las construcciones antiguas que están en los primeros pisos por encima de los comercios y carteles publicitarios, buscar rostros en las cortezas de los árboles, perderme en algún recuerdo antiguo, seguir la evolución de la primavera en las calles y plazas, bajar del colectivo con tiempo, caminar lento, ceder el paso, escuchar a los zorzales, sentarme en un bar del lado de la ventana a hacer nada y revolver despacio el café con la cucharita mientras la ciudad sigue su curso.

viernes, 16 de junio de 2017

lunes, 12 de junio de 2017

Tiempo bueno

Sin pensamientos vivir. Atravesando el sol. Siendo luz (la sombra viene sola siempre o casi siempre). Y vuelta a empezar. Con agua y tierra, dibujando un mar. El tiempo es propicio para detenerse en silencio, a rezar.

Fértil, silencio

Hay sitios a los que sólo se llega después de haber atravesado el valle del silencio.

sábado, 10 de junio de 2017

El parral

Anoche entre sueños, veía al antiguo parral de mi casa. Era tan natural que estuviera, como estaban mi niñez y mis juegos debajo suyo. Me desperté extrañada por su ausencia. Es que hubo un momento en que dejó de estar y no puedo recordarlo.

sábado, 3 de junio de 2017

Siempre

Cuando era chica, dormía en una habitación pintada de verde brillante con mis dos hermanitos. En mis noches de insomnio infantil una idea me abrumaba: que quería decir "siempre"? Pensar en esto me producía la sensación de caer en un abismo interminable, que nacía en la nada misma. Algo que me fascinaba profundamente.

viernes, 2 de junio de 2017

Caminata urbana

En Buenos Aires se camina muy rápido. Todos estamos apurados por llegar a algún lado. Aunque se quiera caminar despacio, la multitud imprime su ritmo y eso agota. Y paradójicamente, el destino del viaje se aleja. Qué hago en esos casos? Caminar más lento. Sentir el apoyo de los pies sobre el cemento en cada paso y buscar contactar con la tierra, que escondida sigue estando. Entonces respiro. E inevitablemente, sonrío. Si es bajo el sol, mejor.

jueves, 25 de mayo de 2017

Corporal

Hace unos veinticinco años, fui instructora de yoga en Punta Alta, después practiqué eutonía, tai chi, sensopercepción y relajación activa, más o menos en ese orden. Entre todas estas disciplinas, fui haciendo mi propia síntesis. En general, prefiero los automasajes suaves de tai chi a la mañana y el contacto con la piel y los huesos, o una asana de yoga para estirarme después del trabajo, a la noche. Todo en mi manta favorita, en el piso, la que heredé de mi papá y acompañada de buena música (James Taylor casi siempre) y tal vez un dulce sahumerio. Pienso en que si todos los días dedicáramos un tiempo a serenarnos, relajarnos, estirarnos y disfrutar del simple placer de mover nuestro cuerpo, junto con una buena alimentación, podríamos dejar de entregar nuestra salud a otros para que nos digan qué tenemos que hacer cuando ya es tarde. Después de todo, a esto se llama también prevención. Me pregunto: por qué no nos lo enseñan dentro del sistema educativo?

jueves, 11 de mayo de 2017

Misteriosa amistad

Debe existir un pacto tácito entre la azalea de mi balcón y mi gata, Juana. Juana no entiende bien por qué puede comer y disfrutar la hierba que compro especialmente para ella en la florería del barrio, mientras que es retada severamente cuando mastica a la pobre azalea.Sin embargo, la azalea que es una y otra vez raleada, sigue dando flores cada vez con más ímpetu, sin amedrentarse,como si la gatita fuera la mejor de las jardineras. Si alguien sabe de resiliencia es esa generosa plantita.

viernes, 20 de enero de 2017

De regreso

Si pudiera decirte algo, que verdaderamente te ayudara, lo haría. Pero no te conozco. Sos como un gato deslizándose entre las teclas y la pantalla y no dejas huella. Percibo tu presencia. La olfateo en el aire. Pero te esfumas. Y el cursor titila esperando que escriba, y se impacienta. Por qué las palabras se escapan? Por qué hay tanto silencio? Espacio. Despacio. Sólo se trata de eso. De hacer espacio. De abandonar los viejos moldes. La ventana se abre en medio de la avenida del curioso mundo. Todo sigue su curso. El río, los árboles, guardarán sus recuerdos. Los perros de la calle buscarán comida. Y yo amasaré el pan una vez más.

lunes, 9 de enero de 2017

Los altares del dolor

Unas pocas palabras para salir del letargo. Para pensar el juego. Para jugar el juego. Respirar. Caminar. Navegar. Agua fluyendo adentro tuyo, que te desnuda cuando lloras (cuando ríes también) La posibilidad de tener un ojo en la frente, tan grande que enceguece. Tanto dolor en el cuerpo. En el alma empaquetada. Las palabras que construyen y derriban muros. La soledad estridente y muda de cada día. La vida que se escurre. El dolor que se invoca a sí mismo construyéndose altares. (Habrá que considerar deshacerlos, con minuciosa prolijidad). Para dar lugar a una puerta,a una nueva ventana que nos permita salir al mundo. Sin miedo. De una vez.

 Hace más de diez años que estoy en pareja con un coleccionista, y tengo que reconocer que me llevó mucho tiempo comprender la esencia de es...