domingo, 25 de octubre de 2020

 En mi infancia, cuando empezaba noviembre, los días 1 y 2 eran feriados, en conmemoración del Día de Todos los Santos y el Día de Todos los Muertos. El cementerio era entonces el lugar de reunión del pueblo. Las mujeres iban cargadas con todos sus elementos de limpieza; en el ingreso abundaban los puestos de flores, y los chicos corríamos entre las tumbas, mirando las fotos con detenimiento y leyendo las lápidas. Recuerdo especialmente un año, en el que fui con mi tía Elena, y la veo todavía lustrando afanosamente con cera la tumba de sus padres y colocando muchas flores frescas en ella. Viéndolo desde ahora, seguramente todo parece anacrónico. Sin embargo, no dejo de recordarlo con nostalgia. Es parte del folklore de mi niñez y por eso tiene un lugar especial en mi memoria.

viernes, 23 de octubre de 2020

 Soy hija de una mujer fuerte, docente de alma, y de un hombre bueno, que no sabía mentir (ni aún cuando hubiera sido necesario). 

Mis padres no se parecían, y tal vez por eso se complementaban. Mi mamá conserva la memoria de los tiempos idos y la relata con el mejor estilo de la historia oral. 

De mi padre guardo el gusto por lo simple, y mi madre me transmite la fortaleza que se esconde detrás de lo que parece frágil. 

El eterno abrazo de los cromosomas de donde venimos y que seguimos transformando bajo nuestro cielo.

jueves, 22 de octubre de 2020

En el Día Nacional por el Derecho a la Identidad, puedo decir que sé quien soy.

Nací una madrugada de 1966, en el Hospital Naval Puerto Belgrano. A primera hora de la mañana, las enfermeras me llevaron para el control médico. Cuando supuestamente me llevan de nuevo con mi mamá, llega otro bebé, pero vestido con mi ropa. Mi mamá se desesperó y empezó a gritar, diciendo que no era su hija, y mientras en la sala trataban de tranquilizarla, pensando en que era una crisis post-parto, ella le sacó los pañales a ese bebé, que por suerte era varón, y tenía mucho pelo, mientras que yo había nacido sin pelo. Del otro lado de la sala, se repetía la historia, con la otra madre, con la que, por error, estaba yo, vestida con la ropa de su hijo. Todavía me estremezco al pensar en esa historia.

Este 22 de octubre, sumáte al desafío de "manos con identidad" y animáte a contar tu historia.

Si tenés dudas y naciste entre 1976 y 1983, contactáte con Abuelas Plaza de Mayo-Sitio oficial.

#Identidad

#Abuelas43años

#LaBusquedaSigue





 

sábado, 3 de octubre de 2020

Hay día en los que alcanza con girar la cama, cambiar la mesa de lugar, abrir un espacio nuevo. Alivio temporario. Pero cuando se van acabando las posibilidades, sólo resta hacer silencio.

 En mis dibujos y pinturas, suelen aparecer hombrecillos vagando en un espacio sin tiempo. Monjes desolados que caminan por un mundo que se derrumba y esperan en silencio el amanecer.







 

 Hace más de diez años que estoy en pareja con un coleccionista, y tengo que reconocer que me llevó mucho tiempo comprender la esencia de es...