miércoles, 29 de diciembre de 2010

Los colores de los humores

Nos hemos olvidado de la etimología de la palabra humor, que proviene del latín humoris, que significa líquido, humedad. Los antiguos griegos creían en la existencia de cuatro líquidos básicos en nuestro cuerpo, a los que identificaban con los cuatro elementos. Por más que he estudiado minuciosamente el funcionamiento de nuestros órganos, a la manera occidental, me identifico más con lo poco que sé de medicina china, en donde se asocia a cada órgano con una emoción. Por ejemplo, tengo un estómago sumamente sensible, en donde inciden directamente las emociones. Humores, líquidos en donde circulan sales, azúcares, hormonas, péptidos de distinto tamaño y forma, y que bañan nuestras células regulando nuestros colores internos, modificando nuestro estado anímico, psíquico, físico, cómo separarlos?
Siempre pienso, no existe un esqueleto aislado, un hueso separado de sus músculos, de sus tendones, de sus vainas, de su irrigación sanguínea, nerviosa, y podría decir que de la emoción que a él se asocia y que hace que quede replegado, agazapado, o feliz, relajado y desplegado.
Humores, ahora que despiden a nuestro Secretario de Medio ambiente por no limpiar al Riachuelo, pienso en si a veces nuestros humores no se estancan, se enturbian, se contaminan, y hace falta la dieta, el ayuno, la música, el silencio, diría también que el olvido, para limpiarlos, regenerarlos, para renacer.

martes, 28 de diciembre de 2010

Quisiera un día de lluvia

Quisiera que lentamente fueran llegando desde el sur las nubes, la brisa húmeda, y que el cielo se fuera oscureciendo, sin intermitencias. Afuera hay sol, y yo me vestí de anaranjado, pero es inútil, sigo añorando un día de lluvia.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Navidad en la ruta 3


En Punta Alta me despide mi familia y un coro de devotos Hare Krishna que hace lo mismo con su maestro mientras cantan y bailan, con sus túnicas anaranjadas y unas campanitas que los acompañan. El micro parte hacia la llanura y me quedo mirando el cielo estrellado, hace mucho tiempo que no lo veía, lo contemplo largo rato, hasta que veo caer una estrella fugaz. De pronto, me sorprendo al ver unas luces en medio del campo: las cosechadoras nocturnas siguen descargando trigo. Ese paisaje nos sigue acompañando, en los campos o al costado del camino, trabajan o esperan el día para recomenzar. Estoy muy serena y contenta, como dijo mi hermana al salir, es un viaje bendecido. A lo lejos se ve un reflejo en el horizonte que anuncia la salida de la luna, de a poco va apareciendo, camuflada con colores solares que se van aclarando a medida que sube. La luz lunar cubre el campo. No puede haber viaje más plácido, me digo. Más adelante, el micro se detiene y se hace a un lado para pasar, hay siluetas y luces en la oscuridad. Distingo a una que sostiene a un niño en brazos, que mira mientras introducen a alguien inmovilizado sobre una camilla en una ambulancia. La vida y la muerte. Me pregunto por qué a ese niño le toca vivir esa experiencia tan terrible, en ese momento. El micro sigue. Pasamos Azul. Al rato se ve clarear, como dicen en el campo, quisiera ver salir el sol pero el sueño me vence. Me despierto en Buenos Aires, subiendo la rampa de Retiro.

martes, 21 de diciembre de 2010

Más leve que una pluma...

es el ADN cuando precipita en un tubo. Verlo aparecer de la nada no deja de ser un pequeño acto de magia que me transporta a mi infancia, mientras lo veo flotar en el eppendorf. Después habrá que lavarlo cuidadosamente y resuspenderlo de nuevo, para convertirlo en el artífice de nuevas reacciones. Las puertas sagradas de la biología molecular se abren ante nosotros.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Magritte porteño


Vísperas de las fiestas. Hora pico. Colectivo repleto. Mucho calor. Gente que se amontona, cansada, entre ellos, yo. Parada en la parte de adelante del 132, esperando que se cumpla un viaje corto pero no por eso menos insufrible, más teniendo en cuenta que hay que atravesar Once. De pronto, un reflejo. En la baulera lustrosa del taxi que nos precede, un espléndido manojo de nubes. Magritte no lo hubiera pintado mejor. Me consuelo pensando en que la belleza nos redime, siempre.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Exactamente al revés

Durante muchos años tuve la sensación de que mis analistas se esforzaron por adaptarme a mi trabajo, a mi familia, a la sociedad. Con los años, me he dado cuenta de que tal vez, lo más apropiado para mí sea que mi vida se adapte a mi forma de ser. Exactamente al revés.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Construyendo realidades científicas

Prácticamente, mi vida profesional ha transcurrido y transcurre, desde hace cerca de 25 años, en laboratorios de investigación, principalmente en la universidad pública, en donde trabajo actualmente. Me dedico a la ciencia un poco por elección y creo que, un poco por destino y con los años se ha ido modificando mi forma de comprender el modo de trabajo, para esto me ha ayudado enormemente estudiar un poco de sociología. Es asombroso descubrir después de tantos años de estar ahí adentro haciendo experimentos con animales (ovocitos de anfibio), microorganismos (Bradyrhizobium japonicum, el famoso microsimbionte de la soja), y por último plantas (girasol, trigo y alguna otra), cómo los científicos construimos las realidades, en base a nuestros hallazgos, basándonos en ellos, sí señor, pero inmersos en un universo de factores sociales (las líneas de investigación de nuestros laboratorios, los equipos, el dinero con el que contamos en ese momento, el tiempo, la necesidad de presentar un trabajo a un Congreso, o de publicarlo en alguna revista de la especialidad). A esta altura de mi vida voy comprendiendo que esta realidad científica que hoy conocemos existe porque hubo hombres que fueron haciéndola visible, que construyeron en base a acuerdos esas explicaciones, y no otras. En ese sentido, nuestro conocimiento no se diferencia del de los pueblos primitivos, y los científicos somos sólo una tribu más.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Pecchia y Stupía


El jueves fui a escuchar a Federico Pecchia a La peña del Colorado y quedé impactada por su talento y su frescura. Es increíble la fuerza que le imprime a esa guitarra y se nota que disfruta mucho arriba del escenario. Sin embargo, cuando lo escuchaba, pensaba en eso que siento cuando estoy cerca de un artista o de su obra (me pasa siempre cuando veo las pinturas de Eduardo Stupía) : en el trabajo solitario del artista perfeccionando esa técnica, en esos momentos íntimos de búsqueda, de creación, de goce también, en esa línea que piensa, como dice Stupía, en esa mano que vuela y le arranca sonidos inimaginables a la guitarra, como hace Federico. Lo comparto con ustedes:
www.federicopecchia.blogspot.com

lunes, 6 de diciembre de 2010

Abdominales automatizados

Vengo de caminar, en una tórrida noche de la primavera porteña. Respirando, sintiendo el perfume de algunos tilos tardíos que bordean la plaza, me cruzo con todo tipo de seres, con distintos atuendos, que escapan del encierro de sus departamentos y caminan con más o menos conciencia, con más o menos entusiasmo. Veo a uno de ellos tenderse boca arriba en el pasto de la plaza, con las manos cruzadas detrás de la cabeza, y me despierta un poco de envidia, esa actitud de abandono corporal. Silenciosamente, formulo una plegaria, porque adivino algo en el gesto de sus brazos, ligeramente tenso. Y así es, inmune a mis rezos que trataron de impedirlo, los codos que apoyaban en el piso, se encaminan con decisión hacia las rodillas que se flexionan para encontrarlos, y el hombre comienza su rutina de automatizados abdominales.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Compañía de Sueños Ilimitada (Jim Ballard)

Dentro de la cabeza de cada persona hay una Compañía de Sueños Ilimitada.

extraído de
Jim g. Ballard
el tiempo desolado
Pablo Capanna

viernes, 3 de diciembre de 2010

Recomendaciones para un ser hiperracional

Incorporar el caos a la vida cotidiana, despeinarse, tolerar el desorden, creer en que en cinco minutos uno puede cambiar de opinión (y por supuesto que no cuando es no), alquimizar las emociones, salir de las aguas estancadas, animarse, hablar, fundamentar lo que uno dice, jugarse por lo que uno cree, escribir hasta morir.
El caos tal vez sólo sea parte de un orden mayor cuyas leyes no conocemos, incorporar el caos a la vida implica abrir el juego.

 Hace más de diez años que estoy en pareja con un coleccionista, y tengo que reconocer que me llevó mucho tiempo comprender la esencia de es...