martes, 11 de febrero de 2025

 

A veces el sol sale recién al atardecer. Después de todo un día de lluvia el cielo se abre y él resplandece para despedirse con una sinfonía de colores que borra los recuerdos de las horas pasadas. Quién sabe si saldrá mañana, ni siquiera los pájaros lo adivinan, aunque por las dudas preparan sus nidos para guarecerse como yo escribo estas letras para no olvidarme que el futuro no está escrito ni en los cielos ni en la tierra y que los soles y las lluvias seguirán su camino hasta el fin de los tiempos, cuando el silencio vuelva y el último latido del Cosmos se detenga en un acorde secreto.

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