Decir " tí...o" hacía que se me iluminara la cara. Él intentaba hacer como si nada, como si no se emocionara, pero un brillo cómplice aparecía en sus ojos. No hablábamos cosas demasiado profundas, estar juntos alcanzaba. Con los años, diría que era mi adulto favorito. Un hidalgo caballero. Eso era.
A mi tío, Néstor Pérez
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