sábado, 7 de noviembre de 2020
Cuando todo está oscuro, no hay palabras. Nombrar algo es un exorcismo, que solo puede hacerse con el tiempo. Si algo duele mucho, es mejor no tocarlo. La herida puede volver a sangrar y el poco de claridad que hay se escabulle. Es raro. Uno no olvida. Solo espera que la palabra se manifieste para empezar a sanar.
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