sábado, 28 de marzo de 2020

Retomo algo que escribí el 28 de marzo de 2019. Hace un año justamente:

"Lo mejor del sarampión de mis siete años fue la caja de témperas que me regaló mi mamá. Ya no sabría qué hacer para entretenerme y entonces tuvo esa idea prodigiosa. Todavía recuerdo fascinada el olor que tenían y la primera pintura que hice. Una casita tradicional con su caminito, su chimenea , su cielo celeste y el correspondiente árbol a un costado. Todo prolijamente ordenado en aquélla tarde de abril."

Con los años fui descubriendo que el mundo no era tan ordenado, sino más bien lo contrario. El caos cada tanto se instalaba en mi vida y a mi alrededor. Parecía que todo se terminaba, se destruía, sin embargo, de algún modo se las arreglaba para resurgir. Aprendí lo que era la resiliencia sin conocer ni siquiera esa palabra. Hoy las cosas cambiaron de nuevo de un modo inesperado porque este suceso nos abarca a todxs. Leía por allí que es la naturaleza la que hoy nos demuestra su resiliencia, cuando los animales vuelven tímidamente a algunos sitios, que se recuperan en un tiempo breve. Ojalá sea un indicio que nos devuelva la confianza en nosotrxs para hacerlo.

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