Hace unos días leí en las redes una decisión que habían tomado las autoridades de un pueblo originario colombiano. Se trataba de un gobierno integrado en su mayoría por mujeres. Tenían terminantemente prohibido nombrar al virus. Creían que de ese modo, podían proteger a su comunidad. Tal vez, nombrar a algo o a alguien sea, de algún modo, darle entidad.
Cuando comento esto, sé que me expongo a que me tilden de negacionista. No creo serlo. Estoy, como todos, sumamente preocupada por la situación, sigo las noticias filtrando las que considero innecesarias, pero trato de no enfocarme en el virus, sino en la salud. Es claro que este microorganismo existe. ¿De dónde viene y por qué? No lo sabemos. Para los que nos quedamos en casa, y de ese modo nos cuidamos entre todos, cuidar nuestra salud mental es esencial.
domingo, 22 de marzo de 2020
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