martes, 21 de mayo de 2019


Ser la mayor de tres hermanos tenía algunas ventajas, pero muchos problemas. Tengo la sensación a la distancia de que era la primera en vivir ciertas experiencias y que después mis hermanos tenían el camino más allanado. Por lo menos, es seguro que ninguno de ellos se caería de un colectivo en marcha. La primera vez que subí sola a un transporte público no tenía ni la menor idea de cómo se bajaba y fue así cómo cuando el vehículo iba acercándose a la vereda, me tiré de encima mientras estaba en marcha. Es que a mí siempre me había parecido que la gente lo hacía de ese modo, porque los veía bajar muy rápido. Corolario: terminé de panza en una charco de agua barrosa. Es que no sólo era la primogénita, también ya se vislumbraba mi destino de despistada.

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