Hace una semana murió Marcelo Zlotogwiazda. Lo seguí durante mucho tiempo, en la radio y la televisión, y aunque a veces me enojaba con él (porque se movía de un lado a otro con sus ideas y yo trataba de meterlo adentro de algún casillerito), creo que esa era uno de las cosas que más le admiraba.
Había rasgos que no conocía, como los que se dieron a conocer después de su muerte, en relación a su silencioso compromiso social.
Zloto fue para mí una de esos seres que después que se van, me dejan un fuerte deseo de ser mejor persona. Y por eso le estoy profundamente agradecida.
Hasta siempre, querido Zloto.
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