A veces vivimos en un estado de confusión constante, sin brújula, lejos de nuestro centro, de nuestro eje, de todo lo que podríamos ser, si nos diéramos la posibilidad.
Creo que una buena manera de empezar es tratar de hacer vacío, despojarnos, descubrir qué tenemos para hacer, para decir, que sea verdaderamente nuestro, despegándonos de otras voces, otros mandatos, más o menos sutiles o más o menos encubiertos.
No hablo de hacer grandes cosas. Ser lo que podemos ser, descubrirlo cada día.
Dejarnos ser, libres.
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