sábado, 5 de septiembre de 2020

 Se habla mucho de la falta de abrazos en la pandemia, sin embargo no se habla del olfato más que para alertarnos si lo perdemos por el virus. Me hace falta el olor a pasto, a tierra húmeda y a libro viejo. A café recién molido y a tuco en familia. El olfato abre la puerta de lugares inaccesibles como nadie.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

 Está lloviendo, pero entre las nubes recién se asomó el sol, alguien martilla cerca de mi ventana, suenan las campanas de la iglesia del ba...