lunes, 25 de febrero de 2019


Desde hace días el Once está poblado de mariposas que parecen escapadas de una pintura de Klimt. Esperaba para cruzar la calle cuando vi a una de ellas posarse sobre la cabeza de una persona con aire oriental, que empujaba un carro con verduras. La mariposa mantuvo sus alas juntas y después las desplegó un par de veces. Al observarla, pensaba en la sutil afinidad que sin duda existiría entre ambos seres, detenidos en medio de la ciudad.

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