A la oscuridad de estos tiempos la combatiremos en las calles, pero también la combatiremos en las cocinas, la resistencia puede forjarse amasando el pan y aliviando el dolor de los/as compañeros/as del modo que tengamos a mano: todo vale, aunque solo sea una palabra, un mensaje. Nos quieren engañados/as y vencidos/as. Una vez pasada la desazón inicial, las palabras van construyendo redes por donde circulan ideas, la imaginación como muralla de los golpes, el surf a través de la omnipotencia del mercado que nos quiere atrapados/as, la solidaridad como bastión, aunque sea en lo mínimo si no tenemos fuerzas para más, el amor, lejos de toda cursilería, como bandera, perenne.
sábado, 6 de enero de 2024
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hace más de diez años que estoy en pareja con un coleccionista, y tengo que reconocer que me llevó mucho tiempo comprender la esencia de es...
-
El teléfono de línea llegó a mi casa en los 90. Hasta ese entonces, tenía que caminar veinte cuadras hasta la cabina de Entel, y hacer medi...
-
Hasta dónde se expande una sonrisa? Si se pudieran fotografiar las milésimas de segundo durante las que unos labios, unos ojos, los músculos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario