sábado, 19 de junio de 2021
Eran inolvidables las tardes de invierno en las que papá amasaba. Supuestamente, para hacer tortas fritas, pero las más originales que nunca conocí. Tortas al horno. Eran cuadradas y las espolvoreaba con azúcar, llenando una o dos bolsas grandes. Yo, en esa época, me las devoraba mientras preparaba exámenes. Siempre supe que cuando nos alimentamos, nos nutrimos de la esencia de quien prepara la comida. Y entonces desde ahí, desde esas tortas al horno, yo juntaba fuerzas para seguir adelante.
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El alimento de la alegría y el amor se llamaba Angel!!!💜💜💜
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