jueves, 15 de noviembre de 2018
Un ejercicio
Propongo el siguiente ejercicio:
Salir a caminar por una calle o avenida comercial de la ciudad, esto es, con una elevada densidad de locales y también con mucha circulación de gente. Yo diría que unx debería "introducirse" sutilmente en esta marea pero sin perder el centro, y empezar a caminar lentamente, mejor dicho, muy lentamente. Cuál sería la consigna? Caminar jugando a cambiar los focos de la mirada: Reconozco que no es fácil, porque todo en la calle favorece que nos distraigamos; pero la mirada debería ir, por ejemplo, desde la nuca de la persona que tenemos más cercana hasta la silueta de la que camina en la cuadra siguiente. Percibir la atmósfera de la ciudad, los olores por ejemplo. Claro que para hacer esto hay que conseguir hacer algo indispensable y que es sin duda lo más difícil: NO mirar las vidrieras. Todo está preparado para distraernos de nuestra marcha y seducirnos de modos impensados. Mantener nuestra marcha imperturbables en medio de todo este imperio del consumismo puede ayudarnos a reflexionar hacia dónde orientamos nuestra vida.
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