martes, 27 de noviembre de 2018

La belleza y la miseria humana caminan juntas en esta noche que comienza a terminar. Juegan, se esconden. Me engañan, me enloquecen. Muestran sus caras distintas, enhebradas en un laberinto confuso y oscuro. Por suerte, estoy camino a casa. Tus brazos me esperan y tu cintura me llama. Estoy en paz. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 Está lloviendo, pero entre las nubes recién se asomó el sol, alguien martilla cerca de mi ventana, suenan las campanas de la iglesia del ba...