sábado, 9 de junio de 2018


Cuando era chica, los únicos arroyos que conocía eran los de Sierra de la Ventana. Eran pequeños, veloces, transparentes y poblados de piedras achatadas, entre grises y marrones, con las que construíamos pequeños diques en las siestas de verano. Cuando en el secundario estudiamos los distintos tipos de ríos, me fascinaron los deltas, esas amplias y serenas extensiones de aguas oscuras que arrastraban los sedimentos de las tierras que habían recorrido y los iban depositando como una ofrenda al llegar, enriqueciendo el suelo y generando vida a su alrededor. Será por eso que terminé viviendo cerca de uno de ellos.




Fotografía: Arroyo San Bernardo, Sierra de la Ventana. Provincia de Buenos Aires.

2 comentarios:

  1. Sí, es muy bonito. Me contaban que ahora, con la mayor afluencia de turistas, no es lo mismo que hace 40 años, claro, así es en mis recuerdos. Un abrazo, Jorge.

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