domingo, 13 de mayo de 2018
A Rafael
Te enciendes feliz con la voz del niño y en cada bolsillo unas figuritas saltan del cartón. Buscan que las trueques, que cuentes su historia a quien quiera oírte y jugar con vos. La infancia tan vieja despierta de a poco desde cada libro que se acerca a vos. Y de allí recorre otro nuevo viaje, tal vez hasta el niño, a ese, al de hoy. Ese que te espera sin saberlo casi, de tarde y de noche, sus pasos veloces iguales a vos. Espera que vuelvan esos viejos tiempos, de agua y medialunas, de pelota y sol.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hay una sombra colectiva en la sociedad, amenazante. Es esa sombra, fruto del odio y la desesperación de la gente que siente que no importa...
-
Cada tarde, abríamos las ventanas para darle paso al tiempo. La casa tenía el rumor de los grillos perdidos. A veces, el color era el mismo...
-
La luz envejece en la habitación. Y yo, pidiendo una frase, una sola frase que me sirva de escudo entre tanta fiebre. Eso necesito para no ...
-
Hasta dónde se expande una sonrisa? Si se pudieran fotografiar las milésimas de segundo durante las que unos labios, unos ojos, los músculos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario