sábado, 12 de mayo de 2018
A mi padre
Lo que creí escuchar siempre era que mi padre no estuvo presente cuando nací. Y lo interpreté como un desinterés por parte suya. El tiempo me trajo una nueva historia. Angel, que así se llamaba, estaba en el campo cuando recibió el telegrama que anunciaba mi llegada próxima. Era el tiempo de la cosecha. Terminó de cenar con calma, se subió a su Gilera y partió hacia el pueblo en la medianoche de verano. Al llegar a la pequeña casa se vistió con su mejor traje y se fue al hospital. Lo imagino entrando con muda sencillez a la sala de parto. Evoco esa imagen para despojarme de palabras cada vez que lo recuerdo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Hay una sombra colectiva en la sociedad, amenazante. Es esa sombra, fruto del odio y la desesperación de la gente que siente que no importa...
-
Cada tarde, abríamos las ventanas para darle paso al tiempo. La casa tenía el rumor de los grillos perdidos. A veces, el color era el mismo...
-
La luz envejece en la habitación. Y yo, pidiendo una frase, una sola frase que me sirva de escudo entre tanta fiebre. Eso necesito para no ...
-
Hasta dónde se expande una sonrisa? Si se pudieran fotografiar las milésimas de segundo durante las que unos labios, unos ojos, los músculos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario