viernes, 19 de noviembre de 2010
Acerca de Walden (Thoreau)
Leí a Thoreau por primera vez en la década de los 90, sentada en un cantero del patio de la casa materna, en Punta Alta. En un lugar, personal y social, en el que estaba alejada de todo, no me sentía muy lejos de la experiencia de ese hombre. Se puede vivir en la soledad más absoluta en el medio de un bosque o en el humilde patio de un pueblo, que tiene, como todo sustento cultural, una librería que depende del pueblo vecino. Thoreau me amparó en su cabaña en tiempos de soledad. No sabía entonces que me encontraría con la experiencia del amor y la convivencia en una ciudad inmensa, pero que la soledad, a su tiempo, volvería a llamar a mi puerta.
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