Hacía días que no salía a la calle y hoy cuando lo hice, sentí como si estuviera frente a una persona que hacía tiempo no veía y había envejecido. Los árboles se veían casi ancianos, con colgajos de hojas, alfombras ocres pisoteadas al descuido, una atmósfera grisácea, el aire espeso como si una lluvia de lágrimas no se animara a caer. El invierno estaba llegando y yo no me había dado cuenta.
martes, 21 de mayo de 2024
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No recuerdo cómo fue que la Encíclica Rerum Novarum llegó a mis manos a fines de los 80, la leía con una mezcla de ilusión y respeto, el mis...
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