Mesa de Luz
Salto del cuadro. Enciendo un cigarrillo.
Despliego mi pobreza sobre este caos. Nada me es ajeno.
Recuerdo los siglos de mi infancia: rezaba en voz alta.
Recojo cada una de mis sombras.
Soy negro y triste.
Me atormentan los espejos. No encuentro formas.
Me hieren los libros. No encuentro palabras.
Me duele la vida. No encuentro caminos.
Y muero
de muerte natural.
Jorge Curinao. Plegarias del humo. 1 Edición. Trelew. Remitente Patagonia. 2019
jueves, 12 de septiembre de 2019
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Hasta dónde se expande una sonrisa? Si se pudieran fotografiar las milésimas de segundo durante las que unos labios, unos ojos, los músculos...
Hermoso poema!!!
ResponderEliminarBello padecer...
ResponderEliminarTocante poema querido amigo Jorge Curinao. Gracias compañero
ResponderEliminarConcepción Bertone
Son las hojas que sueñan ser árbol.
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