Cuando me perdía entre las hojas del cuaderno, el futuro era
de scons y tacos altos. Las nueces se picaban chiquititas, como era mi mundo en
ese entonces. Las recetas se plegaban en libretas, cada tarde cuando volvía de
la escuela. Los jazmines no escondían su perfume y al dar vuelta el espejo aún
me veía.
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