sábado, 6 de junio de 2015

El humedal

Aquel humedal había sido antiguamente el lecho de un río; lo murmuran las olas mientras imprimen su huella en la costa barrosa. En él se esparcen manchones de vegetación en los que habitan algunos cangrejos intimidatorios, sobre todo para los pies infantiles. En la pleamar el agua llega hasta una muralla de afiladas rocas; caminar sobre ellas siempre fue un desafío a las leyes de la física. A escasos kilómetros se encuentran unas islas de las que hace poco tiempo partió su último habitante. Su nombre es Arroyo Pareja y de ese lugar provienen mis primeras imágenes del mar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

No recuerdo cómo fue que la Encíclica Rerum Novarum llegó a mis manos a fines de los 80, la leía con una mezcla de ilusión y respeto, el mis...