miércoles, 6 de septiembre de 2023
Es lindo haber vivido con distintas personas porque una fue guardando muchas cosas de ellas. Cuando era estudiante, vivía con una amiga en la casa de Zulema, una señora mayor que nos alquilaba una habitación de su casa, como solía hacerse en la zona de la universidad. Ella rehogaba el repollo blanco cortadito en aceite y luego le agregaba un puñado de romero, que cortaba de su planta de la ventana. Cada vez que lo hago la recuerdo, queda genial para agregárselo a los fideos o al arroz. Especialmente por el toque de romero, hierba un poco olvidada en la cocina. Entre paréntesis, les cuento que el té de romero es excelente para la memoria. Para esa facultad de incalculable valor, en todos los ámbitos de nuestra vida.
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