Deambulaba en la lluvia cuando se encontró con una gigantesca nomeolvides. Hacía frío. Separó con cuidado los pétalos y se acurrucó en la calidez del centro hasta dormirse. Por la mañana sacudió los restos de polen de su cabeza y prosiguió la marcha. Confiaba en el signo de las aves en el cielo. Ya no había nubes. Se adivinaba un arcoiris en el horizonte.
domingo, 3 de septiembre de 2023
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