sábado, 23 de abril de 2022
Una vez, cuando iba a la escuela primaria, nos dieron una planilla para completar con los datos familiares. Ya se sabe, nombres, edades, hasta ahí todo bien. El problema surgía cuando tenía que completar las ocupaciones. El caso de mi mamá era fácil: maestra; pero cuando le preguntaba a mi papá, me decía con una sonrisa tímida: obrero. Yo me impacientaba entonces. No podía escribir "obrero". Los padres de mis compañeritos eran comerciantes, médicos, abogados, bancarios, era inadmisible que yo escribiera "obrero". Después de darle vueltas un buen rato al asunto, me decidía por una expresión poco convincente y sobre todo imprecisa: "empleado nacional". Mientras lo hacía, creo que mi papá me seguía mirando con su sonrisa buena, como lo debe hacer ahora, cuando recuerdo esa historia y mis pequeñas ínfulas de entonces.
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