Desde hace tiempo
vengo investigando las posibilidades de trabajar con líneas. No sé bien por
qué. Primero eran curvas y después rectas, con marcadores o lápices. Los
colores nacen de las líneas que se van superponiendo, con distinta
duración-intensidad-oscilación. El tiempo se hace presente. Atmósferas
atravesadas por líneas, pero no totalmente integradas. De allí se desprenden
preguntas sin respuestas.Disciplina-entrenamiento.¿Lo catártico es
reparador?. Y la reparación intenta completar el círculo. Tan sutil, tan elusiva
llega una mañana. Y me encuentra con un lápiz convertida en sismógrafo.
martes, 10 de marzo de 2020
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No recuerdo cómo fue que la Encíclica Rerum Novarum llegó a mis manos a fines de los 80, la leía con una mezcla de ilusión y respeto, el mis...
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La pintura, el dibujo, son profundos, oscuros, la palabra es la soga que me ayuda a emerger de las profundidades para poner claridad, aire,...
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