domingo, 16 de diciembre de 2018



Esta es la historia de una bolsita. No sé de dónde vino y tampoco sé por qué la conservé. Fue raro porque en general las reutilizo rápidamente o las guardo para próximas ocasiones. Pero esta se resistía a ambos destinos y daba  vueltas entre mis papeles, encima de mi escritorio. Era simplemente una bolsita, sin nada en particular para hacerla especial. Tan persistente fue que en este último viaje a Punta Alta,  vino conmigo sin que yo lo supiera, entre las cosas de mi bolso. Fue sólo ayer en que comprendí su destino de bolsa vacía.
Albergar el delicado gesto del poeta que trae entre sus manos “El pequeño espacio”.

Gracias Sergio y un feliz cumpleaños con un año de luz entre tus manos.







No hay comentarios:

Publicar un comentario

 Hace más de diez años que estoy en pareja con un coleccionista, y tengo que reconocer que me llevó mucho tiempo comprender la esencia de es...