jueves, 11 de mayo de 2017

Misteriosa amistad

Debe existir un pacto tácito entre la azalea de mi balcón y mi gata, Juana. Juana no entiende bien por qué puede comer y disfrutar la hierba que compro especialmente para ella en la florería del barrio, mientras que es retada severamente cuando mastica a la pobre azalea.Sin embargo, la azalea que es una y otra vez raleada, sigue dando flores cada vez con más ímpetu, sin amedrentarse,como si la gatita fuera la mejor de las jardineras. Si alguien sabe de resiliencia es esa generosa plantita.

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