A veces soy como un papel secante,
me sumerjo en la tinta oscura que asciende y me vuelve gradualmente de color
negro. En la noche de invierno tan larga, en los días de la lluvia, aún perdura
la antigua pregunta: por qué, por qué.
No recuerdo cómo fue que la Encíclica Rerum Novarum llegó a mis manos a fines de los 80, la leía con una mezcla de ilusión y respeto, el mis...
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