sábado, 6 de enero de 2024

 A la oscuridad de estos tiempos la combatiremos en las calles, pero también la combatiremos en las cocinas, la resistencia puede forjarse amasando el pan y aliviando el dolor de los/as compañeros/as del modo que tengamos a mano: todo vale, aunque solo sea una palabra, un mensaje. Nos quieren engañados/as y vencidos/as. Una vez pasada la desazón inicial, las palabras van construyendo redes por donde circulan ideas, la imaginación como muralla de los golpes, el surf a través de la omnipotencia del mercado que nos quiere atrapados/as, la solidaridad como bastión, aunque sea en lo mínimo si no tenemos fuerzas para más, el amor, lejos de toda cursilería, como bandera, perenne.

No recuerdo cómo fue que la Encíclica Rerum Novarum llegó a mis manos a fines de los 80, la leía con una mezcla de ilusión y respeto, el mis...