Mamá no es una persona particularmente optimista. Más bien todo lo contrario. Sin embargo, a medida que va avanzando julio, en medio de sus conversaciones, año tras año desliza una tímida frase: "lo bueno es que ahora los días ya empiezan a ser más largos", y cita entonces a su madre y a mi papá, que sabían encontrar también la promesa de la primavera en el aire. Escucharla siempre me reconforta. "Un minuto por día" decía mi papá, un minuto más de luz. Socios en la esperanza de la pequeña alegría cotidiana.
viernes, 8 de julio de 2022
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No recuerdo cómo fue que la Encíclica Rerum Novarum llegó a mis manos a fines de los 80, la leía con una mezcla de ilusión y respeto, el mis...
-
Cada tarde, abríamos las ventanas para darle paso al tiempo. La casa tenía el rumor de los grillos perdidos. A veces, el color era el mismo...
-
La luz envejece en la habitación. Y yo, pidiendo una frase, una sola frase que me sirva de escudo entre tanta fiebre. Eso necesito para no ...
-
El objetivo de esta entrada es proponer una pequeña experiencia visual. Preparen una ensalada de tomates, condimentando a gusto, con sal y a...
No hay comentarios:
Publicar un comentario