lunes, 24 de septiembre de 2018

Desde el colectivo


 Con diferencia de apenas unas cuadras entre ellas, dos mujeres, de pelo blanco y gestos serenos, repasan las baldosas de la entrada de sus casas. Con lentitud y parsimonia, bajo el sol del mediodía, los lampazos recorren el piso hasta en los rincones más pequeños. El colectivo parece detenerse para que observe mejor el cuadro. El tiempo se frena en el barrio tranquilo mientras las mujeres, cada una en su casa, no saben que están unidas por un hilo en mi mente.

3 comentarios:

No recuerdo cómo fue que la Encíclica Rerum Novarum llegó a mis manos a fines de los 80, la leía con una mezcla de ilusión y respeto, el mis...