No recuerdo cómo fue que la Encíclica Rerum Novarum llegó a mis manos a fines de los 80, la leía con una mezcla de ilusión y respeto, el mismo que me invadió ayer cuando me fui enterando que con su nombre, el nuevo Papa, León XIV, honraba la memoria del redactor de esta encíclica básica para entender la Doctrina Social de la Iglesia, León XIII. En tiempos tan hostiles, la conjunción de este hecho con el resurgimiento de la historia del Eternauta, me parece que ha muchos/as nos ha dado un motivo nada trivial para sentir que no todo está perdido, necesitamos estos signos como el oxígeno para respirar.
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